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Qué ver en Asturias: 15 lugares imprescindibles


1. Oviedo, capital del Principado

Oviedo es el corazón cultural y político de Asturias. Su casco histórico conserva edificios medievales, barrocos y prerrománicos que muestran la riqueza arquitectónica de la región. La Catedral de San Salvador es el símbolo de la ciudad, con la Cámara Santa declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Pasear por la Calle Gascona, conocida como el “bulevar de la sidra”, es imprescindible: aquí se escancia la sidra de manera tradicional mientras se degustan platos típicos como fabada, cachopo o quesos locales. El Mercado El Fontán ofrece productos frescos y es un lugar ideal para conocer la vida cotidiana de los ovetenses.

El Campo de San Francisco, gran parque urbano, permite relajarse rodeado de naturaleza en pleno centro. Además, Oviedo es una ciudad culturalmente activa, con museos, teatros y festivales durante todo el año, lo que la convierte en un destino perfecto tanto para amantes de la historia como de la vida urbana.


2. Gijón, ciudad marinera y cultural

Gijón combina la vida urbana con la tradición marinera. Su playa de San Lorenzo es el lugar perfecto para pasear o practicar deportes acuáticos. El barrio de Cimavilla, antiguo barrio de pescadores, conserva la esencia histórica con calles estrechas y sidrerías tradicionales.

En lo alto del Cerro de Santa Catalina se encuentra el Elogio del Horizonte, una escultura de Eduardo Chillida que ofrece vistas panorámicas del Cantábrico. La Universidad Laboral de Gijón, edificio monumental, y el Jardín Botánico Atlántico completan la oferta cultural y educativa de la ciudad.

Gijón es también un referente gastronómico: pescado fresco, mariscos y sidra son protagonistas en restaurantes frente al mar. Su vida nocturna y cultural, con festivales de música y teatro, hacen que la ciudad nunca duerma y siempre sorprenda al visitante.


3. Los Picos de Europa y Covadonga

El Parque Nacional de los Picos de Europa es un espectáculo natural que combina montañas, valles y fauna salvaje. Las rutas de senderismo, como la Ruta del Cares, son ideales para los amantes de la naturaleza y la aventura.

Los Lagos de Covadonga ofrecen paisajes de ensueño, rodeados de montañas y praderas. El Santuario de Covadonga es un lugar sagrado y símbolo de la identidad asturiana. Además, la zona permite practicar escalada, ciclismo y turismo activo.

Los pueblos cercanos, como Cangas de Onís, permiten disfrutar de la gastronomía local y conocer la historia de la región, lo que convierte la visita en una experiencia completa que mezcla naturaleza, cultura y tradición.

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4. Cudillero, el pueblo de colores

Cudillero es uno de los pueblos más fotogénicos de España. Sus casas de colores se abrazan a la ladera del puerto pesquero, creando un paisaje único. Pasear por sus calles estrechas permite descubrir miradores con vistas impresionantes al Cantábrico.

La gastronomía de Cudillero es excepcional: mariscos frescos, pescados y platos tradicionales asturianos se degustan en restaurantes con encanto. Además, el puerto sigue activo, y ver la llegada de los barcos es toda una experiencia cultural.

Cudillero combina historia, tradición y naturaleza, convirtiéndose en un destino perfecto para viajeros que buscan autenticidad y paisajes de postal.


5. Llanes y sus playas mágicas

Llanes es un municipio costero con un rico patrimonio histórico. Su casco antiguo conserva murallas medievales, iglesias y palacios. El paseo marítimo de San Pedro ofrece vistas al Cantábrico y es ideal para caminatas relajantes.

Las playas de Llanes son espectaculares: la Playa de Gulpiyuri, interior y única en el mundo, y la Playa de Torimbia, una de las más bonitas del norte de España, destacan por su belleza natural. Estas playas permiten disfrutar de deportes acuáticos, paseos y fotografía.

La gastronomía llanisca es otro atractivo: pescado fresco, mariscos y la sidra acompañan la experiencia del visitante. Además, el ambiente cultural y festivo del municipio ofrece conciertos, mercados y eventos tradicionales durante todo el año.


6. Ribadesella y la Cueva de Tito Bustillo

Ribadesella es famosa por su Descenso Internacional del Sella, un evento deportivo que atrae a miles de visitantes. La ciudad combina historia, cultura y naturaleza. Su paseo marítimo y puerto pesquero invitan a caminar y disfrutar de la gastronomía local.

La Cueva de Tito Bustillo, Patrimonio de la Humanidad, alberga pinturas rupestres de más de 14.000 años. Visitarla es un viaje al pasado que permite conocer la prehistoria asturiana de forma muy cercana.

Ribadesella también es ideal para disfrutar de senderismo, playas y actividades acuáticas, lo que lo convierte en un destino completo para todo tipo de viajeros.


7. Taramundi y el turismo rural

Taramundi es un referente del turismo rural en España. Sus paisajes verdes y aldeas tradicionales ofrecen un ambiente relajante. Los molinos y talleres de Teixois permiten conocer la vida artesanal y la historia de la región.

El turismo activo es una de sus grandes ventajas: senderismo, rutas en bicicleta y observación de la naturaleza son actividades habituales. Además, la gastronomía local, basada en productos de proximidad, completa la experiencia rural de forma auténtica.

Taramundi representa la Asturias más tradicional, donde la historia, la naturaleza y la artesanía se combinan para ofrecer un viaje inolvidable.


8. Playas de ensueño en la costa asturiana

La costa asturiana alberga playas de gran belleza y singularidad. La Playa del Silencio es famosa por su entorno casi virgen, rodeada de acantilados y formaciones rocosas. La Playa de Aguilar es ideal para familias y bañistas, con arena fina y aguas tranquilas.

La Playa de Peñarronda destaca por sus dunas y espacios protegidos, perfecta para caminar y disfrutar del paisaje. Estas playas permiten practicar surf, kayak y paseos largos al atardecer.

Cada playa tiene su carácter y belleza, lo que convierte la costa asturiana en un destino imprescindible para los amantes del mar y la naturaleza.


9. Cangas de Onís

Cangas de Onís fue la primera capital del Reino de Asturias. Su puente romano es símbolo de la ciudad y de la historia asturiana, con la Cruz de la Victoria suspendida en el centro.

La villa sirve como punto de partida para explorar los Picos de Europa y Covadonga. Su casco antiguo ofrece restaurantes típicos, tiendas locales y una atmósfera acogedora que refleja la vida tradicional asturiana.

Cangas de Onís es ideal para combinar historia, naturaleza y gastronomía, convirtiéndose en un destino completo para visitantes de todas las edades.


10. Avilés, ciudad de contrastes

Avilés sorprende por su casco histórico medieval, con calles empedradas, plazas y palacios. La ciudad combina tradición con modernidad gracias al Centro Niemeyer, un espacio cultural de arquitectura vanguardista.

La oferta cultural incluye teatros, museos y festivales, así como eventos de música y danza. Avilés también ofrece una excelente gastronomía basada en productos del mar y del interior, reflejando la diversidad de Asturias en un solo lugar.

Pasear por Avilés es descubrir un lugar donde la historia y la innovación conviven de forma armoniosa.


11. Somiedo y sus osos

El Parque Natural de Somiedo, Reserva de la Biosfera, es famoso por su fauna, especialmente por el oso pardo cantábrico. Los lagos glaciares y montañas ofrecen paisajes espectaculares y rutas de senderismo únicas.

Somiedo es ideal para los amantes de la fotografía, el trekking y la naturaleza salvaje. La zona rural mantiene su autenticidad, con aldeas tradicionales y productos locales que enriquecen la experiencia del visitante.

Visitar Somiedo es una inmersión en la Asturias más natural y salvaje, un lugar donde el tiempo parece detenerse.


12. Lastres

Lastres es un pueblo marinero pintoresco, conocido por sus calles empedradas y casas blancas que miran al mar. Fue escenario de la serie Doctor Mateo, aumentando su popularidad turística.

El puerto pesquero sigue activo y permite disfrutar de pescado fresco y mariscos. Los miradores ofrecen vistas espectaculares del Cantábrico y de los acantilados cercanos.

Lastres combina historia, cultura y gastronomía, siendo uno de los destinos más auténticos de la costa asturiana.


13. Luarca, la villa blanca

Luarca, conocida como la “villa blanca de la costa verde”, destaca por su puerto pesquero y casas blancas. Sus miradores ofrecen vistas panorámicas del Cantábrico y de los alrededores.

El cementerio de Luarca alberga la tumba del Nobel de Medicina Severo Ochoa, y la villa mantiene un ambiente tradicional y acogedor. La gastronomía local, basada en pescado y mariscos, completa la experiencia de la visita.

Luarca es perfecta para combinar naturaleza, historia y cultura local en un solo viaje.


14. Villaviciosa, tierra de sidra

Villaviciosa es la capital de la sidra asturiana, rodeada de manzanos y paisajes rurales. Sus llagares permiten conocer el proceso tradicional de producción de sidra y probarla directamente de la fuente.

El casco histórico tiene edificios medievales y renacentistas que cuentan la historia de la villa. La gastronomía local incluye platos típicos y productos artesanales que reflejan la identidad asturiana.

Visitar Villaviciosa es una experiencia sensorial completa: naturaleza, historia, gastronomía y cultura se combinan en un solo lugar.


15. Gastronomía asturiana

La gastronomía es uno de los grandes atractivos de Asturias. La fabada asturiana, el cachopo, los quesos de Cabrales y Gamoneu, y la sidra natural forman parte de la identidad local.

La cocina asturiana combina tradición, producto local y técnicas centenarias. Escanciar sidra correctamente, visitar mercadillos de productos locales y probar recetas tradicionales son experiencias que permiten entender la cultura asturiana en profundidad.

Degustar la gastronomía local en cada pueblo y ciudad es, sin duda, uno de los grandes recuerdos de cualquier viaje a Asturias.