Pequeña y acogedora playa situada en pleno paseo marítimo de Tapia.
Se trata de una playa de apenas 40 metros, con arena fina y dorada, y un oleaje moderado, siendo esta una playa de peligrosidad baja. Forma parte de la Red Natura 2000, con protección medioambiental dentro de las figuras ZEPA y ZEC.
Ubicada dentro de la gran concha de Tapia, pasa desapercibida ante la extensión de otros arenales, lo que la convierte en una de las zonas más tranquilas y recogidas. Es frecuentada mayoritariamente por los vecinos de los barrios de San Blas y La Guardia, ya que el acceso inmediato a otras playas como La Grande o El Murallón atrae al turismo.
Está delimitada al este por una peña horadada de forma singular, que le da nombre a la playa. En bajamar, es posible acceder desde aquí a las playas colindantes y continuar hasta Los Campos cuando la marea lo permite.