La huella del ser humano se encuentra en esta ruta a cada paso, en cada piedra que fue colocada por los romanos para construir su vía de comunicación con la Meseta; la hallamos también en los rastros previos, los de las necrópolis tumulares, cuyos vestigios aún se pueden ver en la ruta.
La naturaleza se manifiesta en las diferentes especies de árboles y arbustos, así como en muchas de las especies de fauna que se ven, o que nos dejan sus huellas. Pero, sin duda, el elemento principal de la naturaleza en esta ruta es el paisaje.
Caminando por la cresta de la sierra, donde el paso es más sencillo, vamos viendo a derecha e izquierda los valles más cercanos y las montañas más lejanas, los ríos, bosques y pastos de Somiedo, Teverga, Grado, Belmonte de Miranda, Yernes y Tameza y más. Una ruta a vista de águila.