El agua es fuente de vida, de ella viven todas las especies y en ella viven muchas; pero, además, cuando se precipita desde lo alto, es belleza, como esta ruta A Seimeira.
En esta ruta no sólo el agua es belleza, también lo es el propio camino al pie del río, así como la magia del abandonado pueblo de A Ancadeira, por el que cruzamos, o el valle del Desterrado, con una bella historia de otros tiempos que se puede leer in situ.
Además de disfrutar del bosque, quienes tengan más ganas de caminar podrán acercarse también a Busqueimado a disfrutar de un bocadillo sentados a los pies de los dos enormes tejos que flanquean su capilla.
Y, sin duda, el espectáculo final, A Seimeira (cascada), donde el agua se precipita sobre la dura roca desde unos 20 o 30 metros de altura.