Tranquilidad es lo que nos transmite esta ruta desde el mismo momento de comenzar, en la plaza de Lamuño. Una ruta de mar y de montaña, pero sin grandes desniveles, que transcurre entre la abrupta costa de Cudillero y el valle de las Luiñas: una mirada al mar y otra a la zona de montaña del municipio.
Podemos disfrutar de la gran área recreativa en el pinar, del paseo entre robles y castaños, de las vistas de los acantilados, del pueblo de Artedo, o del de San Martín de Luiña, donde los vaqueiros de alzada (pastores trashumantes, que se movían en verano a las brañas con su ganado) se veían relegados a la parte trasera de la iglesia durante la misa, como así lo atestigua una inscripción en el suelo del templo.
Pero, sin duda, las joyas de la ruta son la preciosa playa de Oleiros, de rocas, y la de La Concha de Artedo, con su laguna detrás, cuya agua se cuela entre las piedras que la forman para salir al mar. La aliseda pantanosa que la ruta atraviesa por una pasarela de madera en la parte de atrás de esta playa es su principal valor natural.