El progreso ha llevado al ser humano a intentar dominar la naturaleza, para conseguir más y nuevos recursos, y con ello un cambio de los paisajes, creando en ocasiones preciosas estampas como las que vemos en las calmadas aguas de la presa del Doiras, en el concejo de Illano.
La ruta, de unos 14 kilómetros, recorre bosques naturales de carbayos, así como plantaciones de pinos y eucaliptos, y nos lleva también a los cultivos de vid, aterrazados, del pueblo de Llanteiro.
Pero, sin duda, su punto más destacado es el puente colgante sobre el embalse, en el que se posan los cormoranes y desde el que podemos apreciar los bosques reflejados en las tranquilas aguas o, si observamos con calma al atardecer, los peces saltando a por insectos que vuelan rasando el agua.
Y qué decir de las espectaculares vistas que nos ofrece la ruta una vez rebasado Eilao, mirando a lontananza sobre sus tejados, desde el embalse hasta el cielo.