CORTADA TEMPORALMENTE
Riqueza es lo que producen las vegas de los grandes ríos, y no es menos aquí la del Nalón. Arrancamos cerca de una de las mayores plantaciones de kiwis de Asturias, en la misma vega, la zona más fértil.
Las crecidas del río dejan a esta altura cantidad de sedimentos que abonan la tierra y producen un caudal de fertilidad en el suelo. La ruta discurre junto al río, que nos descubre la vida que proporciona su exuberancia y su diversidad, tanto animal como vegetal.
Durante los meses más cálidos, en las hojas de los alisos podemos observar a las libélulas o caballos del diablo descansando. Los mirlos acuáticos y los martines pescadores nos acompañan con frecuencia en la ruta, así como las sempiternas lavanderas blancas, siempre de piedra en piedra en el borde del río.
El colofón de la ruta es disfrutar de la iglesia de Santianes, una joya del Prerrománico asturiano que no podemos dejar de visitar.