Puerto de Agüeria es conocido por constituir, posiblemente, uno de los lugares de la Península con mayor número de acebos. Esta especie, amenazada, encuentra refugio aquí, entre Peña Rueda al Norte y las Ubiñas al Sur.
Subir a Puerto de Agüeria es seguir la tradición centenaria, puede que milenaria, de llevar el ganado a los montes (puertos) durante el verano para aprovechar los pastos de estas zonas altas, mientras en los valles curaban la hierba para llenar los pajares para el invierno.
Al salir de Ḷḷindes, extensiones de bosques se pierden ante nuestros ojos, pero esto dura poco, ya que no tardaremos en quedar inmersos en ellos, perdiendo su perspectiva y haciendo bueno aquello de que los árboles no nos dejan ver el bosque.
Disfrutamos de este vergel en continuas pendientes tanto ascendentes como descendentes, las menos, hasta que los bosques dan paso al río y a grandes riscos con impresionantes cortados que se levantan ante nosotros.
Todo ello para salvaguardar la joya, los Puerto de Agüeria, donde el arroyo cruza las verdes y fértiles praderas, enmarcadas por las orlas de acebos que cubren las laderas y bajo la atenta mirada de las montañas circundantes.