Esta ruta es la confirmación de que las cuencas mineras asturianas aún guardan con celo secretos preciosos, auténticas joyas, como es el caso de esta ruta.
Aquí la minería vive en consonancia con la naturaleza, las bocaminas se ocultan entre los bosques y apenas si dejan huella en el paisaje, un paisaje horadado por el río que abre el valle, a cuya margen derecha caminamos de continuo hasta su desembocadura en el Nalón.
Desde la iglesia de Santa Bárbara vamos caminando por un mundo de tradición en el que a pocos metros de la misma podemos ver "casiellos" (antiguas colmenas de abejas en un tronco), aperos de labranza en un hórreo o elementos de la mina para crear túneles que permitan el paso. Todo ello, acompañados de mirlos acuáticos, truchas o martines pescadores en medio de un bosque casi continuo hasta llegar a Sotrondio, donde podemos acabar nuestra ruta o seguir por la senda fluvial.
Si la hacemos en dirección a Santa Bárbara/Santa Bárbola, también la podemos continuar en dirección a La Colladiella.