Cuenta la leyenda que desde tiempo inmemorial existió en L'Acebu una capillita a la que había que entrar agachado. En 1590 se construye aquí el monasterio que sustituye a la pequeña y antigua capilla.
Desde aquí la ruta baja pasando en parte por carreteras y en parte por caminos, y atravesando pastos y brezales, pinares y bosques autóctonos, valles amplios y suaves colinas. Las vistas se extienden hasta donde estas últimas nos dejan, disfrutando de paisajes abiertos antes de meternos en las formaciones boscosas y plantaciones de la parte baja.
Una vez en este lugar, el olor de los pinares es sustituido por el de los verdes más claros de los bosques mixtos, y de aquí nos vamos acercando al Monasterio de Corias, reconvertido en la actualidad en parador nacional, y tras él nos encontramos el Centro de Interpretación de la Reserva de la Biosfera de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias.
Una ruta para disfrutar del vuelo de las aves rapaces en estos cielos abiertos, a pie o en bicicleta, como parte del anillo del GR. 203 por dónde camina el oso.