Transición es la palabra que define a esta antigua vía férrea, que nos lleva de lo urbano a lo rural y de aquí a lo casi selvático. Desde Oviedo/Uviéu a Fuso y Les Caldes, en unos 7,5 kilómetros el paisaje va cambiando y, aunque siempre por asfalto, vamos dejando atrás calles, coches, ruido… y poco a poco van apareciendo sonidos de aves, vacas y, por fin, la tranquilidad del río.
De las plantaciones del Parque de Invierno vamos hasta los encinares sobre roca caliza del final de la ruta, sobre el río Nalón. Avellanos, carbayos, abedules y encinas nos acompañan en nuestro paseo.
Tampoco nos faltan ánades reales, pájaros carpinteros o reyezuelos listados, entre otras muchas especies de aves forestales. Acabemos en Fuso o en Les Caldes, el verde y el río nos acompañarán hasta el final.
Golf, túneles, un molino e incluso aguas termales completan la oferta de esta ruta.